Ésta es la principal objeción de los padres cuando llevan a sus hijos a cursos de programación.
El juego es un invento brillante de las personas, y las formas de aprendizaje lúdicas han demostrado desde hace mucho tiempo ser las más efectivas para los niños.
Aprender a través del juego ayuda a desarrollar, comunicar, expresar habilidades creativas y unir a los niños. Los juegos promueven la disciplina, motivan el aprendizaje y te ayudan a memorizar rápidamente grandes cantidades de información sin tener que sobrecargarte demasiado. El material que el niño aprende en el juego será fácil de recordar durante mucho tiempo.
Y todo esto se explica por un simple hecho: el juego es una actividad natural para los niños. Para los adultos, los juegos son entretenimiento, pero para los más pequeños es una actividad en toda regla para aprender sobre el mundo y sobre ellos mismos.
En los cursos de programación para niños más pequeños, el aprendizaje se realiza en forma de juegos; además, los propios niños crean juegos;
Primero, aprenden a construir conexiones lógicas en bloques ya preparados en programas especiales, a proponer acciones y resultados para los personajes y a probar juegos ya preparados. Posteriormente pasan a la programación completa.
Pero el primer paso - conocer algoritmos, objetos, funciones y otros conceptos, mecanismos de programación - se lleva a cabo en un entorno de juego y esto no es sólo entretenimiento.
Ese mismo momento en el que el juego en todas sus manifestaciones es el mejor maestro y motivador. Créame, estudiar programación en la infancia es una mala idea. Enamorar a un niño de las matemáticas, la construcción, el diseño gráfico y la programación es posible sólo cuando el niño entiende lo que hace y por qué. Y para los niños esto es posible sin ningún dolor psicológico y con muchas ganas de seguir, sólo a través del juego.