De hecho, las historias de terror sobre esta profesión son mucho más. Analicemos las que vienen a la mente en primer lugar cuando escuchamos soy un programador.
Los programadores son insociables, gente cerrada.
Sí, pasan el máximo tiempo solos frente a una computadora, creando código, pero no más que personas de otras profesiones que no están asociadas con grandes colectivos. Entre los codificadores, se aprecia un ambiente cómodo y una buena relación en el equipo, incluso si el trabajo es remoto. Los programadores también asisten a eventos profesionales, discuten temas de trabajo con colegas, pasan tiempo con familiares y amigos.
De aquí nació otro mito:
Los programadores viven tristes.
Cualquier programador, como otras personas, en principio, nada impide elegir una vida activa e interesante. Esta elección depende solo de las preferencias y el temperamento nada más.
Te graduaste en un mes y ya eres programador.
Sí, en cursos cortos, puede obtener una idea inicial de la profesión, probarla, pero no tendrá éxito en la programación sin experiencia real y capacitación continua, actualización y profindizacion de conocimientos y habilidades. Los programadores aprenden toda la vida igual como cualquier otro trabajo. A menudo, la autoeducación ocupa una parte impresionante de la actividad laboral del codificador.
Solo las personas dotadas pueden ser programadores. Sin talento no hay nada que hacer.
De hecho, entre los programadores famosos, hay muchas personas increíblemente talentosas, pero cualquiera puede convertirse en un profesional si se esfuerza por alcanzar la meta. El resultado generalmente es alcanzado por personas que aprenden con concentración, gravitan hacia nuevos conocimientos y perfeccionan las habilidades adquiridas en la práctica. Pero esto sucede en cualquier profesión y campo de actividad.
¿Quieres ser programador? ¡Todo está en tus manos, todos obstáculos son imaginarios simplemente!
¿Y qué historias aterradores has oído sobre los programadores?